Ella estaba apenas unos centímetros delante de mí, giró solo la cabeza y me hizo un gesto para que acercara la mía. Cuando estábamos lo suficientemente pegadas, hizo las dos mejores confesiones que le escuché decir.
- “En estos momentos quisiera ser hombre, para poder hacer pogo.”
Alejé mi rostro y me sonreí. Mi amiga movía la mano derecha para avisarme que no había terminado. Pensé cuantas veces quise hacer pogo, saltar, una, dos, tres veces con impulso propio y luego que la onda expansiva popular me llevara.
Volví a llevar mi cara hacia delante.
- “Cuando tenga un hijo lo voy a educar a puro Rock and Roll. La filosofía de la vida, está acá.”
Giró y ambas terminamos de disfrutar el último recital de Los piojos que vimos juntas, hasta ahora. Gisele, no recuerda lo de educar a los hijos con Rock y supone que lo del pogo lo pudo haber dicho, porque le gusta bailar. Se que fueron palabras textuales, que las dijo en un estado de exaltación espiritual, aunque suene a mucho y que las retengo porque mi memoria es netamente auditiva.
Ayer se presentó Suspensivos Inflamables en Código País, un evento anual de movimientos de vanguardia. Sobre todo en las artes escénicas, no tanto en el diseño. Un escenario más que inflamable, bandas que se sucedían cronometradamente. Una noche, que había desafiado los pronósticos de lluvia y generosa regaló un suave viento que se agradecía.
Comenzaron el show sin anunciarse, mientras la gente dejaba la tribuna para llegar a la improvisada pista de baile. Pensé en Gisele, vi el pogo femenino, mas hermoso que pueda describirse. Difiere del masculino porque tiene mucho de baile y sintonía, es armónico y hay mucha risa. Y como si fuera poco, nenes que corrían y bailan, mientras sus padres disfrutan del recital. Como lo bueno, se hizo corto, muy corto, pero había pautas que respetar y quedó esa sensación de querer ver y escuchar un poco mas de Suspensivos Inflamables. No tendría crédito para hablar de lo musical, menos después de confesar que me gusta Valeria Linch. Si en la crónica de un espectáculo valen las emociones, me sentí feliz, bailé, canté y creo que mis venas se llenaron de un sentimiento alegre, energizante, de libertad.
"Después del silencio, lo que más se acerca a expresar lo inexpresable es la música." Aldous Huxley
por Laura Bech
Muchas gracias a la guitarra invitada del Sr. Marcelo Ferraro.
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