Vivo en Rosario

7mo. Cielo / Rosario / Santa Fe / Argentina



Dos autos salen de la sala del bunker suspensivo, Odisea Records. Uno va en busca de la visual-laptop, el otro le da gas por la panamericana. Desde mi octavo lugar, veo todo. Veo Paternal, veo la casa punk rock de donde sale la laptop, veo la actitud punk rock del dueño que se despierta, se viste, entrega la máquina y encara directo al kiosco a por más tabaco. A la panamericana se entra a 160km/h, para alcanzar al primer auto. 180 y no aparece. El desperdicio tecnológico hace que no haya comunicación celular entre los autos. Los pasamos cuando todavía los estábamos buscando. Parada en Baradero, muy buena panificación y a esperar al móvil GNC. Llegan, nos distendemos y salimos en tandem hasta el final de la ruta, en donde nos volvemos a perder y el que busca sobrepasa al buscado. Boulevard Oroño y avanzando hasta el contacto rosarino. Don Guido, que espera y encara para el 7mo. Cielo, la disco del show. Mucho sol en el 7mo. Cielo que todavía está tirando cables. Sombra para cargar los videos suspensivos en la punktop y a recorrer el Paraná con sus bellezas autóctonas. Buen escenario. Ancho y poco profundo, para una formación suspensiva abierta. Atrás del escenario una ola de policarbonato, hace que los músicos estén siempre surfeando el show. Una ola ideal para proyectar cuando el sol se va para otra costa.

El aparato suspensivo arranca pegando postres en la costanera. No duran más de 3 minutos antes de que huyan enrollados en la mano de algún caminante recolector de souvenirs.

Prueba de sonido, corta, concisa e inflamable. El sonidista rosarino y su legendario Stage manager, entienden el show. Descanso veloz mientras prueba sonido la banda local, María Fernanda Experience. El pedido de pizzas y cervezas junto al río se suspende por apuro de la organización. El sol espectador, acompaña a las mesas de gente atenta. Suena María Fernanda Experience, mientras Suspensivos Inflamables concentra, arengando para que la banda rosarina del Colo siga sonando. El Sol se agacha un poco pero ni piensa retirarse. Suspensivos al escenario. Morning Nait, pantalla sutil y a mover las cabezas. La lista empezó siendo reducida y fue creciendo, auspiciada por el stage manager cebado de tanta historia de rock. Sigue Inflamables Suspensivos, La Beluga, Guns of Brixton (Paraná vershon), Rott Wailer, Medimikeme, Lixus, Skabza, Soy tu padre, Hoy no voy, Dame planeta, gracias Rosario, Fica na Praia, Nomeodan, Lucifer Sam, gracias Rosario. A desarmar el escenario y a armar la noche rosarina. Todas las cosas al hotel-despensa de Granadero Baigorria, cuna del anfitrión-guía local. (recordemos que Bridges to Victoria mide 70km, dividido en 12 tramos entre los esteros, etc-etc-etc, cualquier duda preguntar por el Colo…ah…se puede cruzar en 2 días de remo de 8 horas cada uno, etc-etc-etc.).

La noche, con asado y todo, fue coherente con el resto. El trio Baltazarelli, Gasparido, Melcholo ya preparan más show suspensivos en la ribera del Paraná, dicen Febrero. Por el momento, sabemos que la hierba en los zapatos atrajo a Suspensivos Inflamables al Rosario de Reyes, y como aquel Tandil Pascual, todo lo bueno, busca repetición.


Por El Octavo Pasejero.